El fin de semana fuí a Tula con el grupo de L. B. y me preocupó que salieran desfalcados en el pago de transporte y que fuera una deuda más a la que tuvieron en la zona arqueológica de Ranas, Qro. Yo no tengo dinero, pero a pesar de ello les ofrecí $200 pesos más al costo del pasaje, y al parecer esa cantidad no era de gran ayuda, pero a mí dárselas sí me saca de balance.
Me dolía no poder ayudarlos, pero tampoco puedo cargarlos, ni tomar como mío un compromiso de ellos. Por otro lado, mi cuñado sigue preocupado con sus problemas de liquidez, a pesar de haber formado una empresa y trabajar en otra. Mi sobrino C. por su parte me dice que no quiero trabajar, pero que en cambio trabajo para el grupo M. sin recibir dinero, y me pregunta si no podría tener un puesto con renumeración ahí, aunque yo realizo mis actividades por amor sin importarme si recibo alo a cambio, estas situaciones vuelven a mover mis miedos de escasez.
Entonces en la mañana del día siguiente, al meditar decidí hacer espejo con ellos, primero diciéndoles lo que sale de mi corazón para que resuelvan sus conflictos y luego aplicarlo en mí.
REFLEXIONES
A L. B. y su dualidad
Siento, comprendo y me duele lo que han sufrido, los 500 años de opresión al mundo indígena, su esfuerzo tan grande por programar y coordinar todas estas ceremonias cada 20 días lejos de su casa, con sus hijos, sin coche, en transporte público y a veces sin dinero ni para darles de comer. Sin embargo, ustedes decidieron hacer este esfuerzo por voluntad propia y tomar este compromiso y no pueden endosar la responsabilidad a otro sólo porque es mucha carga para ustedes, la gente cumple con acompañarlos a la ceremonia que organizan y pagar su pasaje, no podemos tomar su compromiso como si fuera nuestra obligación porque decidimos unirnos a una ceremonia, solamente aquél que desea de corazón asumir el compromiso de aperturar todos esos centros, lo puede cargar, pero en ese caso también tiene el derecho de coordinar y planear los eventos, en lugar de heredar los platos rotos de una mala organización.
Mi recomendación es:
El próximo viaje organízenlo con tiempo, calculen el precio del transporte con base en el porcentaje de ocupación promedio que han tenido más un pequeño margen de ganancia. Difundan el evento con anticipación entre amistades y en varios sitios de Internet, marquen un precio para pago con suficiente anticipación y otro más alto la fecha de salida o desde 3 días antes, y si no se junta por adelantado el número mínimo para cubrir los gastos, entonces cancelen el viaje. Organización y responsabilidad, pueden pedir ayuda para la organización y difusión, pero no colgarle los costos a otro que ni siquiera participó en la idea del proyecto.
Por otra parte, ya no podemos jugar a sentirnos las víctimas, uno es responsable de sus propios actos, y de nuestras fallas es cuando más aprendemos y crecemos.
Además el fuego está adentro de cada uno, no hay que buscarlo en la reactivación de varios centros ceremoniales, sino dentro de uno mismo. Adentro es el amor, la fuerza, la voluntad, la autoestima, ése fuego puede crecer y hacer sinergia en dualidad y entonces sí, esa llama de amor viva la pueden llevar muy lejos, a cada centro cremonial que el Gran Espíritu los guíe. Éso es muy diferente a caminar en dualidad compartiendo escasez y sufrimiento, es caminar llevando la luz del corazón dual.
¿Qué me digo a mí?
L.B. y su dualidad son como mi sombra, con baja autoestima, sintiéndose minusvaluados, no incluídos, dejados al margen, jugando el papel de víctimas y buscando quien los salve. Reconocer mi sombra, amarla, aceptarla, comprenderla, pero no dejarla gobernar, ni tomar el mando para esclavizarme. Por el contrario, tomar mis compromisos con lo que deseo hacer y organizarme y planear adecuadamente, no esperar que otro me venga a salvar.
Planear con anticipación y difundir mis proyectos personales.
Escribir sobre mis reflexiones, meditaciones, trabajos ceremoniales, análisis simbólicos y publicarlos en un Blog. Escribir y escribir, difundir, que la información le puede llegar a quien lo necesite y yo crezco internamente al objetivizar mis reflexiones.
A mi sobrino C.
Eres joven, fuerte, guapo, tienes una novia bonita, intelgente, buena y amorosa, que es un ángel, tienes trabajo y la solvencia económica para tus gastos, además de tu ahorro y posibilidades de moverte a un mejor trabajo, además unos padres amorosos y que te apoyan en todo momento. Ya no te preocupes tanto por el dinero o por el trabajo o por cualquiera que sea tu futuro, porque se acostumbra uno a mirar al futuro y dejar de vivir. ¡Goza la vida, sé feliz y alegre, disfruta todas las bendiciones que tienes!
¿Qué me digo a mí?
Sé feliz y disfruta la vida, confía que tus padres (Dios Padre y Diosa Madre) te proveen de todo. Se te está yendo la vida y ya no puedes seguir jugando al futuro, la felicidad es sólo aquí y ahora. Ya entiendes la vida, ya te sabes amada y protegida por Dios Padre y Diosa Madre, tienes un hogar hermoso, haz desarrollado tu sensibilidad y la capacidad de amar, fluyes, ...
¡Sé feliz!
A mi cuñado R.
Tanta luz haz recibido, tanto ves ya y tanto conoces y aún te mueven tanto tus miedos y pierdes la fé, confía en la Voluntad Divina, en la Divina Providencia, aunque no entiendas lo que sucede, sólo hay que cuidarse en los 10 minutos siguientes como el alcohólico, dejar de preocuparse por el futuro o agobiarse por el pasado para sólo vivir el instante presente.
¿Qué me digo a mí?
Lo mismo, como la montaña que se escala y se deja atrás el precipicio ya sólo deseo mirar la luz del sol hacia arriba y seguir adelante en mi camino, confiar y fluir, no mirar el precipio que dejo atrás, el pozo profundo de mis miedos, para que no me dé vértigo y pueda caer, mejor veo la cumbre a donde deseo llegar. YA NO HAY MARCHA ATRÁS, NI LA QUIERO.
